¡¡Señoras y
señores, las aquí presentes tendrán vacaciones!!
Sí, sí, lo sé…
¡somos unas afortunadas!
En pocos días tendremos
un par de semanas de vacaciones… me veo en la playa, tostada al sol,
perdiéndome por las calles, tomando algo con los amigos y haciendo alguna que
otra escapada.
Todo ello sin pensar en Carperi, las modificaciones, derecho
penal, civil y todo lo que conlleva.
Parece una
tontería, pero todo esto nos da fuerzas para afrontar las semanas que nos quedan
con entusiasmo, porque después de tantas reformas (que deprimen a cualquiera) y
las que nos quedan, pues al parecer el Gobierno ha decidido fastidiarnos la
existencia, solo tenemos ganas de llorar, lamentarnos y darnos cabezazos contra
la pared.
En mi caso, esta
semana he empezado la segunda vuelta. Si pensaba que la primera era dura, es
porque no tenía ni idea de cómo sería la segunda. Algunas compañeras ya me lo
advirtieron, pero hasta que no te ves en el meollo del asunto no te lo crees.
Cada día que pasa me parece más imposible llegar a memorizar todos los temas y
poder cantarlos como quien te explica que día hace hoy. Lo único que me anima
es pensar: si otros pudieron… ¡porque no iba a hacerlo yo!
A todo ello, hay
que sumarle las altas temperaturas. De verdad, así no hay quien estudie. Para
colmo, todos mis amigos están de vacaciones, de viaje o disfrutando las tardes
al sol (los envidio tanto…) y la peor parte viene cuando te preguntan si te
apuntas a sus planes. Duele tanto decir que no…
Sé que todos
vosotros estáis como yo, amargados, asfixiados y agobiados. Mi método es imaginarme lo feliz que seré cuando esté en la escuela judicial pensando que los años
de oposición han valido la pena y que he logrado alcanzar mis metas. Imaginaos
por un momento en los juzgados, haciendo lo que más os gusta y pudiendo decir:
soy Juez/Fiscal.
Dicho esto, solo
me queda desearos todo el ánimo del mundo a los que no tenéis vacaciones y a los
que os estáis preparando para el tercer examen. Al resto, animaros para no
abandonar entre tanta reforma y recordaros que con constancia, optimismo y alguna
que otra escapada para desconectar, todo se puede.
¡Ánimo!