Apreciados compañeros de viaje:
Bien sabéis que el mundo "opositoril" es como una gran montaña rusa, a veces sentimos rozar el cielo cuando salimos de un buen cante y otras, en cambio, parece que la respuesta está en el fondo de la cama, (y digo en el fondo de la cama porque buscar la solución a nuestros problemas a tequilazo limpio, podía parecer muy divertido en la fase universitaria pero impensable cuando eres opositor).
La pregunta es, ¿cómo superar esos días negros?
Una buena amiga, además de gran opositora me dio unos consejos y, tal vez, os puedan ayudar a vosotros
- levántate siempre mirándote al espejo y diciendo "soy estupendo/a soy el/la mejor"
- No olvides el deporte, ya sabes el dicho mens sana in corpore sano
- Recuerda que las oposiciones son parte de tu vida, no la totalidad de ella.
- Sonríe, es el mejor de todos los remedios.
Y añado:
a) no olvides a la gente que te quiere, ellos también sacrifican parte de su vida esperándote verte triunfar.
b) No te engañes, seguramente habrás impuesto unos horarios que ni los de la mili en su peor época y, pese a ello, todavía no te han echado de casa. recuérdalo, TE QUIEREN.
c) quiérete mucho, te quedan muchos años en los que aguantarte a ti mismo y si tanta gente apuesta por ti es porque debes ser alguien excepcional.
d) Sueña, nunca dejes hacerlo, es una parte fundamental de la "carrera de fondo", soñar en nuestra meta, en nuestro objetivo; ser un soñador es uno de los superpoderes del opositor, ¡úsalo!
b) No te engañes, seguramente habrás impuesto unos horarios que ni los de la mili en su peor época y, pese a ello, todavía no te han echado de casa. recuérdalo, TE QUIEREN.
c) quiérete mucho, te quedan muchos años en los que aguantarte a ti mismo y si tanta gente apuesta por ti es porque debes ser alguien excepcional.
d) Sueña, nunca dejes hacerlo, es una parte fundamental de la "carrera de fondo", soñar en nuestra meta, en nuestro objetivo; ser un soñador es uno de los superpoderes del opositor, ¡úsalo!
y por último, recuerda que tienes absoluto derecho a estar mal, despotricar, quejarte, llorar, gritar, decir "a la mierda" y no querer salir de la cama. Es totalmente legítimo pero recuerda, cada minuto llorando es un minuto menos para ser feliz. Un día malo está permitido, siempre que luego te levantes con la idea de que el mundo está hecho justo para ti.
Ánimo y, como dicen los italianos, "piano, piano si va lontano"
¡Hasta la próxima guerreros!